Damián Pérez Arroyave, MBA en Dirección de empresas, master en gestión de municipios, ingeniero Informático, Especialista en gerencia financiera, Concejal del municipio de Entrerríos, apasionado por la virtualidad, gomoso del ajedrez, y algo más...

viernes, 27 de enero de 2012

No es un hasta nunca, es un hasta pronto.


Uno siempre piensa que estas cosas no le van a ocurrir, que esto

sólo sucede a los demás. Pero, lo cierto es que todo llega y, aunque se dice que "no pasan años, sino que pasan cosas", la realidad es que hoy estamos todos aquí porque han pasado años y han pasado cosas.



Y, llegado a este punto, es preciso darse cuenta de lo curiosa que es

la vida: Una serie de personas, desconocidas entre sí, con diferentes

orígenes, diferente formación, diferentes edades, diferentes aspiraciones y diferentes experiencias, coinciden en una empresa, conviven, colaboran, discrepan, discuten, hablan, dialogan y con ello, en una palabra, se influencian recíprocamente de modo irreversible y permanente.



Ninguna de nuestras vidas es ahora la misma que antes de entrar en la empresa. Y ello no se debe a los papeles o a las máquinas o a los muebles o a las oficinas o a las normas de trabajo, sino exclusivamente a las personas.



Todos nos influenciamos permanentemente unos a otros, todos somos maestros y todos somos discípulos. Y esa es la verdadera grandeza de la vida: Que, al margen del papel que representemos, es decir, del puesto que ocupemos, estamos influyendo en los demás, positiva o negativamente.



De ahí la responsabilidad de los jefes, de los asistentes, de todos los de la empresa,  cuyos pensamientos, palabras y obras pueden influir, para bien o para mal, en más personas.



Yo tengo la enorme satisfacción de haber recibido de todos vos

Una influencia altamente positiva y sé que mis compañeros sienten esa misma satisfacción. A vuestro lado hemos aprendido mucho.

Mucho más de lo que imagináis vosotros e, incluso, mucho más de lo que yo mismo y todos juntos podemos imaginar. Quiere esto decir que, estés donde estés, y de modo seguro e inevitable, llevaremos siempre con nosotros, formando parte de nosotros mismos, algo de ti.



Será una palabra, una frase, una idea, una postura, una imagen, una actitud, una voz, un chiste, un suceso... no sé lo que será, pero sí sé que todos nosotros, sin excepción, te tenemos como parte de nuestra vida, como sabemos que también formamos parte de la vuestra, espero que para bien.



Gracias, pues, por lo que nos habéis enseñado, por vuestra

colaboración y por vuestra amistad. Y.. No es un hasta nunca, es un hasta pronto.


Adaptación de:
DISCURSO DE DESPEDIDA DE F. M. NÁCHER, POR SU

JUBILACIÓN, ANTE TODOS SUS SUBORDINADOS EN

LA DIRECCIÓN GENERAL.

(30 DE OCTUBRE DE 1992)
Share:

0 comentarios:

Publicar un comentario

Colección